El tratamiento ineficaz de las aguas residuales en Estados Unidos expone hasta a un 7% de sus ciudadanos a sustancias poli y perfluoroalquiladas (PFA), o «sustancias químicas perpetuas», en el agua potable. Los científicos analizaron muestras de ocho grandes plantas de tratamiento de aguas residuales que abastecen al 70% de la población estadounidense y descubrieron que menos del 25% de estos compuestos se eliminan antes de que el agua llegue al medio ambiente.

Los AGP se utilizan en revestimientos antiadherentes y ropa repelente al agua, pero su longevidad hace que se acumulen en el cuerpo humano.

El estudio descubrió que el 62% de los organofluoruros presentes en el agua tratada están asociados a productos farmacéuticos fluorados prescritos para tratar inflamaciones y virus.

El autor principal, Bridger Ruyle, señaló que la exposición prolongada a estas sustancias puede tener graves consecuencias para la salud. Aunque la Agencia de Protección del Medio Ambiente de EE.UU. sólo regula seis de los más de 10.000 AGP, el estudio subraya la necesidad de reducir las fuentes de estas sustancias químicas y de seguir investigando su toxicidad.